jueves, 11 de octubre de 2007

Internet y la seguridad de la informacion

Internet y el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación suponen una nueva frontera. El paradigma social del futuro próximo en los países desarrollados está construyéndose a partir de: una ciudadanía conectada, la información y el conocimiento como base del valor en la producción y en los servicios; la dependencia estrecha de la red de la organización de los servicios públicos esenciales, y una organización del trabajo ajena a los modos de producción industrial vigentes a lo largo del siglo pasado.

La integridad de la red y de la información, el buen funcionamiento de los sistemas operativos, la preservación de la confidencialidad de las comunicaciones y de los datos, corporativos y comerciales, la seguridad física, jurídica y mercantil, son ya, y lo serán cada vez más, elementos fundamentales para el desarrollo de la Sociedad de la Información.

La magnitud de los riesgos no se compadece con la escasa percepción que de los mismos tienen los usuarios habitualmente. La cultura de la seguridad está lejos de alcanzar la extensión que sería necesaria, sobre todo para facilitar la financiación de dispositivos costosos y de medidas que requieren pautas de comportamiento generalizadas. Los costes de actuaciones como la interceptación de comunicaciones, el acceso no autorizado a ordenadores o redes, la saturación malintencionada de las mismas o los ataques a los servidores de nombres de dominio se multiplican enormemente con la interconexión creciente de las redes. La generalización de redes domésticas, soporte de funciones autoorganizadas de cuya integridad dependerán decisiones "delegadas" por el usuario pueden multiplicar en el futuro la vulnerabilidad del entorno individual si no se adoptan comportamientos y medidas de seguridad.

Al desinterés general por la seguridad contribuyen otros factores: los costes de los dispositivos, una vigencia en ocasiones impredecible debida a la rapidez de los cambios tecnológicos, la todavía precaria articulación de mecanismos jurídicos, así como la vulnerabilidad inevitable que para los usuarios comprometidos con la seguridad supone el descuido de la gran mayoría.

La cooperación para la seguridad y la intervención pública son imprescindibles. Ya hoy los operadores y los proveedores de servicios se ven obligados a garantizar determinados niveles de seguridad en materia de protección de datos y de confidencialidad de las telecomunicaciones sobre la base de criterios comunes para toda la Unión Europea. En el futuro, la necesidad de reunir una masa crítica suficiente para, entre otras cosas, garantizar la financiación de dispositivos y de medidas de seguridad costosos, así como de prevenir distorsiones en los mercados europeos de servicios y de telecomunicaciones, cada vez más integrados, exigirán de la UE la adopción de políticas comunes de seguridad en la red, así como la difusión entre los ciudadanos europeos de una cultura de la responsabilidad individual en las telecomunicaciones.

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